Las 10 nuevas alumnas del taller
laboral del liceo Manuel Bulnes aprenden diversas preparaciones del arte
culinario como método de rehabilitación. Ellas destacan que su mayor
aprendizaje ha sido de sus profesores con capacidades diferentes.
El arte culinario no es sólo un
placer de quienes lo practican, sino también una terapia para las personas que
presentan algún padecimiento. De hecho, reconocido en Bulnes es el Taller
Laboral, que se lleva a cabo en el liceo Manuel Bulnes y que acoge a niños y
jóvenes con discapacidad.
Sin embargo, dicho taller está
llegando aún más lejos y gracias a una coordinación con el Centro de Salud
Mental (Cosam) de la comuna, 10 mujeres que sufren depresión están ocupando la
capacitación en cocina para rehabilitarse de la enfermedad.
“Ellas normalmente están en el
programa de Salud Mental por distintas problemáticas que las han hecho caer en
depresión. Pero también se les acoge en un taller de autocuidado, donde
realizan diversas actividades que les permitan despejarse, hacer cosas
diferentes y que las puedan practicar en sus casas. Eso sí, ellas quieren llegar
aún más allá y crear emprendimientos para optar a recursos económicos de los
que ahora adolecen”, señaló Norma Canales, interna de Trabajo Social del Cosam.
Apoyadas por los alumnos del
Taller Laboral, las diez féminas han aprendido diversas técnicas de repostería
y algunas preparaciones gourmet con las que de a poco han liberado sus mentes,
saliendo paso a paso de sus estados depresivos. ”Estuve pasando por un período
de depresión muy fuerte, producto de un hijo que tiene problemas con el
alcohol. Los profesionales nos han ayudado bastante, pero este curso es
maravilloso, porque estamos aprendiendo de los niños que son diferentes y eso
nos permite darnos cuenta de que ni ellos ni nosotras somos distintos”, aseguró
Miriam Lara.